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En cualquier grupo de excursión siempre hay una perra lujuriosa que no escucha al guía, sino que solo mira a su alrededor en busca de alguien que se la ponga ella misma. Nuestro héroe tuvo la suerte de conocer a este. Su escaramuza con miradas fue tan feroz que al final madres culonas sexo se folló a la rubia de ojos azules justo en la veranda de la vieja mansión.